El miedo a no apreciar lo suficiente algo hasta que lo pierdas puede hacer que aprecies cosas, situaciones o personas que no merecen la pena, si, pero a mi parecer, ese es el precio por poder valorar lo que de verdad es importante. Y con el tiempo, aprenderás a dejar de darle importancia a lo que no lo tiene y a no tener miedo de olvidar aquello que, aunque bonito, la vida ha demostrado que en realidad no valía la pena.